jueves, 29 de marzo de 2012

La Gran Cruzada de La Salvación. Catalina Rivas. PDF

La Gran Cruzada de La Salvación. Catalina Rivas.

La Gran Cruzada de La Misericordia. Catalina Rivas. PDF

La Gran Cruzada de La Misericordia. Catalina Rivas.

Informe Sobre La Fe. Joseph Ratzinger.PDF

Informe Sobre La Fe. Joseph Ratzinger.

lunes, 26 de marzo de 2012

Papa se despide de México: "No os dejéis amedrentar por las fuerzas del mal"

                                    

Discurso de Benedicto XVI en la ceremonia de despedida en el Aeropuerto Internacional de Guanajuato

Lunes 26 de marzo de 2012

Señor Presidente,
Distinguidas autoridades,
Señores Cardenales,
Queridos hermanos en el episcopado,
Amigos mexicanos
Mi breve pero intensa visita a México llega ahora a su fin. Pero no es el fin de mi afecto y cercanía a un país que llevo muy dentro de mí. Me voy colmado de experiencias inolvidables, como inolvidables son tantas atenciones y muestras de afecto recibidas. Agradezco las amables palabras que me ha dirigido el Señor Presidente, así como lo mucho que las autoridades han hecho por este entrañable viaje. Y doy las gracias de todo corazón a cuantos han facilitado o colaborado para que, tanto en los aspectos destacados como en los más pequeños detalles, los actos de estas jornadas se hayan desarrollado felizmente. Pido al Señor que tantos esfuerzos no hayan sido vanos, y que con su ayuda produzcan frutos abundantes y duraderos en la vida de fe, esperanza y caridad de León y Guanajuato, de México y de los países hermanos de Latinoamérica y el Caribe.
Ante la fe en Jesucristo que he sentido vibrar en los corazones, y la devoción entrañable a su Madre, invocada aquí con títulos tan hermosos como el de Guadalupe y la Luz, que he visto reflejada en los rostros, deseo reiterar con energía y claridad un llamado al pueblo mexicano a ser fiel a sí mismo y a no dejarse amedrentar por las fuerzas del mal, a ser valiente y trabajar para que la savia de sus propias raíces cristianas haga florecer su presente y su futuro.
También he sido testigo de gestos de preocupación por diversos aspectos de la vida en este amado país, unos de más reciente relieve y otros que provienen de más atrás, y que tantos desgarros siguen causando. Los llevo igualmente conmigo, compartiendo tanto las alegrías como el dolor de mis hermanos mexicanos, para ponerlos en oración al pie de la cruz, en el corazón de Cristo, del que mana el agua y la sangre redentora.
En estas circunstancias, aliento ardientemente a los católicos mexicanos, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a no ceder a la mentalidad utilitarista, que termina siempre sacrificando a los más débiles e indefensos. Los invito a un esfuerzo solidario, que permita a la sociedad renovarse desde sus fundamentos para alcanzar una vida digna, justa y en paz para todos. Para los católicos, esta contribución al bien común es también una exigencia de esa dimensión esencial del evangelio que es la promoción humana, y una expresión altísima de la caridad. Por eso, la Iglesia exhorta a todos sus fieles a ser también buenos ciudadanos, conscientes de su responsabilidad de preocuparse por el bien de los demás, de todos, tanto en la esfera personal como en los diversos sectores de la sociedad.
Queridos amigos mexicanos, les digo ¡adiós!, en el sentido de la bella expresión tradicional hispánica: ¡Queden con Dios! Sí, adiós; hasta siempre en el amor de Cristo, en el que todos nos encontramos y nos encontraremos. Que el Señor les bendiga y María Santísima les proteja.

Fuente: http://www.aciprensa.com/Docum/documento.php?id=451

Discurso de Benedicto XVI en el aeropuerto de Cuba

                                   

Homilía del Papa Benedicto XVI en Cuba

La Iglesia Ortodoxa - Documental Ruptura del Cristianismo - Las Religiones y los Hombres

Iglesia Católica Apostólica Romana vs Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa

                                                  

NEW AGE: EL REIKI INCOMPATIBLE CON LA DOCTRINA CATÓLICA Y EL CRISTIANISMO

DIRECTRICES PARA EVALUAR EL REIKI COMO TERAPIA ALTERNATIVA (*)
Comité Doctrinal de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos.

1. Con frecuencia se formulan preguntas sobre las diversas terapias alternativas disponibles en los Estados Unidos. A los obispos se les pregunta en ocasiones: «¿Cuál es la posición de la Iglesia sobre estas terapias?» El Comité Doctrinal de la USCCB ha preparado este recurso para asistir a los obispos en sus respuestas.

I. CURACIÓN POR GRACIA DIVINA Y CURACIÓN POR PODERES NATURALES

2. La Iglesia reconoce dos clases de curación: la curación por gracia divina y la curación que utiliza los poderes de la naturaleza. En cuanto a la primera, podemos señalar al ministerio de Cristo, que realizó muchas curaciones físicas y encargó a sus discípulos continuar esa tarea. Siendo fieles a este encargo, desde el tiempo de los apóstoles la Iglesia ha intercedido a favor del enfermo mediante la invocación del nombre del Señor Jesús, pidiendo la curación por el poder del Espíritu Santo, ya sea en la forma de la imposición sacramental de las manos y la unción con el óleo, ya sea en la forma de simples oraciones por la curación, que a menudo incluyen una invocación a los santos para conseguir su ayuda. En cuanto a la segunda, la Iglesia nunca ha defendido la curación divina —que viene dada como un don de Dios— como excusa para excluir el recurso a los medios naturales de curación a través de la práctica de la medicina (1). Junto con su sacramento de curación y con las diversas oraciones para la sanación, la Iglesia cuenta en su haber con una larga historia de cuidado de los enfermos mediante la utilización de medios naturales. El signo más obvio de esto es el gran número de hospitales católicos que se encuentran en todo nuestro país.
3. Las dos clases de curación no son excluyentes. El hecho de que sea posible ser curado por el poder divino, no significa que no debamos recurrir a los medios naturales que están a nuestra disposición. No nos corresponde a nosotros decidir si Dios curará o no a alguien con medios sobrenaturales. Como afirma el Catecismo de la Iglesia Católica, el Espíritu Santo da en ocasiones a algunas personas «un carisma especial de curación para manifestar la fuerza de la gracia del Resucitado» (2). Sin embargo, este poder de curación no está a disposición del hombre, porque «ni siquiera las oraciones más fervorosas obtienen la curación de todas las enfermedades» (3). Por lo tanto, el recurso a los medios naturales de curación sigue siendo totalmente apropiado, ya que están a disposición del hombre. De hecho, la caridad cristiana exige no negarles a las personas enfermas los medios naturales de curación.

II. REIKI Y CURACIÓN

A) Los orígenes y las características básicas del reiki
4. El reiki es una técnica de curación inventada en Japón a principios del siglo XIX por Mikao Usui, que estudiaba textos budistas (4). De acuerdo con la enseñanza del reiki, la enfermedad es consecuencia de algún tipo de trastorno o desequilibrio en la «energía vital» de la persona. Un practicante de reiki lleva a cabo la curación al poner sus manos en determinadas posiciones sobre el cuerpo del paciente para así facilitar el flujo del reiki, la «energía vital universal», del practicante al paciente. Hay numerosas posiciones de las manos para tratar diferentes problemas. Los partidarios del reiki aseguran que el practicante no es la fuente de la energía sanadora, sino simplemente un canal para que fluya (5). Para llegar a ser un practicante de reiki, la persona debe recibir una «iniciación» o «armonización» por parte de un Maestro reiki. Esta ceremonia hace que la persona esté «armonizada» con la «energía vital universal», lo cual le permite servir como un conducto para ella. Se dice que hay tres niveles diferentes de armonización (algunos enseñan que son cuatro). En los niveles superiores, uno puede canalizar supuestamente la energía reiki y realizar curaciones a distancia, sin contacto físico.

B) El reiki como un medio natural de curación
5. Aunque los partidarios del reiki parecen estar de acuerdo en que no representa una religión en sí misma, sino una técnica que puede ser utilizada por gente de muchas tradiciones religiosas, el reiki tiene diversos aspectos de una religión. Con frecuencia se describe el reiki como un tipo de curación «espiritual», en oposición a los procedimientos médicos comunes de curación que emplean medios físicos. Gran parte de la literatura sobre el reiki está llena de referencias a Dios, a la Diosa, al «poder de curación divino» y a la «mente divina». Afirman que la energía vital procede directamente de Dios, la «Inteligencia Superior» o la «conciencia divina». Asimismo, las diversas «armonizaciones» que el practicante de reiki recibe de un Maestro reiki se logran a través de «ceremonias sagradas» (que tradicionalmente han sido mantenidas en secreto por los Maestros reiki). Además, se describe frecuentemente al reiki como un «modo de vivir», con una lista de cinco «preceptos reiki» que prescriben una conducta ética apropiada.
6. Sin embargo, hay algunos practicantes de reiki, sobre todo enfermeras, que intentan acercarse al reiki como un mero medio natural de curación. Pero si se considera como un medio natural de curación, el reiki pasa a ser evaluado bajo los parámetros de las ciencias naturales. Es cierto que puede haber medios de curación natural que no hayan sido entendidos o reconocidos por la ciencia. Sin embargo, la ciencia es la que proporciona los criterios fundamentales para juzgar si alguien se debe confiar o no a un medio natural de curación en concreto.
7. Juzgado de acuerdo con estos parámetros, el reiki carece de credibilidad científica. No ha sido aceptado por las comunidades científicas y médicas como una terapia efectiva. Faltan estudios científicos acreditados que atestigüen la eficacia del reiki, así como la explicación científica plausible de cómo podría posiblemente ser eficaz. La explicación de la eficacia del reiki depende enteramente de una cosmovisión particular que ve el mundo como permeado por esta «energía vital universal» (reiki) que está sujeta a la manipulación por el pensamiento y la voluntad humanos. Los practicantes de reiki afirman que su capacitación les permite canalizar la «energía vital universal»  que está presente en todas las cosas. Sin embargo, esta «energía vital universal» es desconocida para la ciencia natural. Como la presencia de tal energía no se ha observado por los medios de la ciencia natural, la justificación para estas terapias debe provenir necesariamente de algo diferente a la ciencia.

C) El reiki y el poder sanador de Cristo
8. Algunas personas han intentado identificar el reiki con la curación divina conocida por los cristianos (6). Se equivocan. La diferencia radical puede apreciarse de inmediato en el hecho de que para el practicante de reiki el poder sanador está a disposición del hombre. Algunos maestros quieren eludir esta implicación y arguyen que no es el practicante de reiki quien realiza personalmente la curación, sino la energía reiki dirigida por la conciencia divina. No obstante, la realidad es que para los cristianos el acceso a la curación divina es mediante la oración a Cristo como Señor y Salvador, mientras que la esencia del reiki no es una oración sino una técnica que transmite el «Maestro reiki» al alumno, una técnica que una vez que se llega a dominar, producirá formalmente los resultados previstos (7). Algunos practicantes intentan cristianizar el reiki añadiendo una oración a Cristo, pero esto no afecta a la naturaleza esencial del reiki. Por estas razones, el reiki y otras técnicas terapéuticas similares no pueden identificarse con lo que los cristianos llamamos curación por la gracia divina.
9.  La diferencia entre lo que los cristianos reconocemos como curación por la gracia divina y la terapia reiki también queda de manifiesto en los términos básicos que utilizan los partidarios del reiki para describir lo que sucede en la terapia reiki, particularmente en lo relativo a la «energía vital universal». Ni la Escritura ni la tradición cristiana en su conjunto consideran el mundo natural como algo basado en la «energía vital universal» que quede sujeto a la manipulación por parte del poder natural humano del pensamiento y  de la voluntad. De hecho, esta cosmovisión tiene sus orígenes en las religiones orientales y tiene un cierto carácter monista y panteísta, en el que las distinciones entre uno mismo, el mundo y Dios tienden a diluirse (8). Como hemos visto, los practicantes de reiki son incapaces de diferenciar con claridad entre el poder de curación divino y el poder que está a disposición del hombre.

III. CONCLUSIÓN

10. La terapia reiki no encuentra apoyo ni en los hallazgos de la ciencia natural ni en la doctrina cristiana. Para un católico, creer en la terapia reiki plantea problemas irresolubles. En términos del cuidado de la salud física propia o la de los demás emplear una técnica que no tiene apoyo científico (ni siquiera plausibilidad) por lo general no es prudente.
11. En términos del cuidado de la salud espiritual personal, existen importantes peligros. Para usar el Reiki, uno tendría que aceptar, al menos de forma implícita, conceptos claves de la cosmovisión que subyacen a la teoría reiki, elementos que no pertenecen ni a la fe cristiana ni a la ciencia natural. Sin justificación ni en la fe cristiana ni en la ciencia natural, no obstante, un católico que pone su confianza en el reiki estaría actuando en la esfera de la superstición, tierra de nadie que no es la fe ni la ciencia (9). La superstición corrompe la adoración personal de Dios, ya que conduce el sentimiento religioso personal y la práctica hacia una dirección equivocada (10). Dado que a veces la gente cae en la superstición por ignorancia, es responsabilidad de todos los que enseñan en el nombre de la Iglesia eliminar tal ignorancia en la medida de lo posible.
12. Dado que la terapia reiki no es compatible ni con la doctrina cristiana ni con la evidencia científica, no sería apropiado para las instituciones católicas —como aquellas encargadas del cuidado de salud o los centros de retiro— o para las personas que representan a la Iglesia —como los capellanes católicos— promover o prestar apoyo a la terapia reiki.

Mons. William E. Lori (Presidente). Obispo de Bridgeport
Mons. John C. Nienstedt. Arzobispo de St. Paul y Minneapolis
Mons. Leonard P. Blair. Obispo de Toledo
Mons. Arthur J. Serratelli. Obispo de Paterson
Mons. José H. Gómez. Arzobispo de San Antonio
Mons. Allen H. Vigneron. Obispo de Oakland
Mons. Robert J. McManus. Obispo de Worcester
Mons. Donald W. Wuerl. Arzobispo de Washington

NOTAS AL PIE
(*)Traducción al español de Luis Santamaría del Río, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), del original inglés
http://www.usccb.org/dpp/Evaluation_Guidelines_finaltext_2009-03.pdf), autorizada por la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos (USCCB), depositaria del copyright, que ha permitido también su difusión.
1. Cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción sobre las oraciones para obtener de Dios la curación (14 de septiembre de 2000), I, 3: «Obviamente, el recurso a la oración no excluye, sino que al contrario anima a usar los medios naturales para conservar y recuperar la salud, así como también incita a los hijos de la Iglesia a cuidar a los enfermos y a llevarles alivio en el cuerpo y en el espíritu, tratando de vencer la enfermedad».
2. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1508.
3. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1508.
4. También se afirma que simplemente redescubrió una antigua técnica tibetana, pero se carece de pruebas que corroboren esta afirmación.
5. Sin embargo, como veremos más abajo, las distinciones entre uno mismo, el mundo y Dios tienden a desmoronarse en el pensamiento reiki. Algunos maestros de reiki explican que al final uno alcanza la comprensión de que uno mismo y la «energía vital universal» son uno, «que somos fuerza vital universal y que todo es energía, incluidos nosotros mismos» (Libby Barnett - Maggie Chambers - Susan Davidson, Reiki Energy Medicine: Bringing Healing Touch into Home, Hospital, and Hospice [Rochester, Vt.: Healing Arts Press, 1996], p. 48; cf. también p. 102).
6. Por ejemplo, cf. «Reiki and Christianity» en http://iarp.org/articles/Reiki_and_Christianity.htm, y «Christian Reiki» en http://areikihealer.tripod.com/christianreiki.html, y la web www.christianreiki.org.
7. Los Maestros de reiki ofrecen cursos de capacitación con varios niveles de avance, servicios por los que los maestros exigen una remuneración pecuniaria significativa. El alumno tiene la expectativa y el Maestro de reiki ofrece la garantía de que la inversión que hace de tiempo y dinero le permitirá llegar a dominar una técnica que producirá los resultados esperados.
8. Aunque esto parece implícito en la doctrina reiki, algunos de sus partidarios plantean explícitamente que al final no existe una distinción entre uno mismo y el reiki. «La alineación con uno mismo y ser reiki es un proceso abierto. La buena voluntad para dedicarse a este proceso favorece tu evolución y puede llevarte al reconocimiento sostenido y a la experiencia final de que tú eres fuerza vital universal» (The Reiki Healing Connection [Libby Barnett, M.S.W.], http://reikienergy.com/classes.htm, con acceso el 6/2/2008 [énfasis en el original]). Diane Stein resume el sentido de algunos de los «símbolos sagrados» usados en la armonización del reiki como «La Diosa en mí saluda a la Diosa en ti», «Hombre y Dios llegando a ser uno» (Essential Reiki Teaching Manual: A Companion Guide for Reiki Healers [Berkeley, Cal.: Crossing Press, 2007], pp. 129-131). Anne Charlish y Angela Robertshaw explican que la armonización superior del reiki «señala un cambio del ego y de uno mismo a un sentimiento de unidad con la energía vital universal» (Secrets of Reiki [New York, N.Y.: DK Publishing, 2001], p. 84).
9. Algunas formas de reiki enseñan la necesidad de invocar la asistencia de seres angélicos o «guías espirituales reiki». Esto introduce el riesgo lejano de exposición a fuerzas o poderes malévolos.
10. Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2111; Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae II-II, q. 92, a. 1.

APÉNDICE I

Reiki, ¿compatible con la fe cristiana?
Miguel Pastorino. Publicado en Zenit

Recientemente los obispos norteamericanos publicaron un documento sobre la incompatibilidad de la fe cristiana con la práctica del Reiki. Para profundizar en este tema, la agencia Zenit ha entrevistado al sacerdote Miguel Pastorino, quien participó de la Consulta Internacional sobre New Age realizada en la Santa Sede en 2004, dedicada especialmente a las nuevas terapias promovidas por este movimiento. El padre Miguel Pastorino es miembro fundador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) y actualmente es Director del Departamento de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Montevideo (Uruguay).

- ¿Qué es propiamente el Reiki?
- No es simplemente una terapia, sino una cosmovisión religiosa, con ritos iniciáticos y una espiritualidad panteísta que se amalgama con elementos cristianos, y con no pocos principios esotéricos y gnósticos, según las diversas escuelas o sistemas. El Reiki es definido como "camino espiritual" o" sistema de crecimiento espiritual" por varios de sus maestros. Como un "método natural de curación por medio de la energía universal, cósmica. "Rei Ki" es un término de origen japonés que se refiere a la "energía vital (ki) universal (rei)" que fluye a través de una persona que ha sido sintonizada en Reiki.
"Rei" describe el ser universal, impersonal, omnisciente, que otorga vida, como los rayos del sol a los seres vivos. "Ki" es lo que emana del "rei", es la energía o fuerza vital que pasa a través de todo lo que vive. Usualmente traducen "ReiKi" como: "Energía Universal guiada espiritualmente. El Reiki afirma que las enfermedades son siempre ocasionadas por un "desequilibrio" en la "energía vital". Por ello hay que encontrar "la armonía", "el equilibrio" de la energía existente en los diferentes centros energéticos del cuerpo (chakras), mediante la imposición de manos. Muchos de sus practicantes prometen un gran alivio al que lo recibe, en el plano físico y espiritual, una gran relajación y una plena sensación de paz interior... una nueva vida.
Los centros de Reiki otorgan cursos de hasta tres y cuatro niveles: En el primer nivel se abren los cuatro chakras inferiores, que funcionan como canales receptivos de energía (otros autores hablan de "aprender a sintonizar la energía" y no hablan de apertura de chakras), mediante unas ceremonias establecidas y se aprende a usar las manos para la curación; en el segundo grado se dan otros pasos iniciáticos y se dan a conocer los símbolos que caracterizan la terapia Reiki, se pueden hacer curaciones a distancia (3º símbolo). En el tercer nivel se alcanza la maduración y se llega a la maestría, aunque actualmente hay para ello un cuarto nivel.

- ¿Qué son los Chakras?
- Si bien no todos los sistemas de Reiki utilizan el recurso a los chakras, la new age ha dispersado en distintas terapias alternativas el uso de los mismos y con pretensiones de veracidad científica, que obviamente no tienen.
Chakra es una palabra sánscrita de género masculino que significa "rueda, círculo", es decir, los chakras son vórtices o centros muy activos, como un torbellino, de energía cósmica que existen en el cuerpo humano (7 principales en el hinduismo, 4 según el budismo). Es una creencia de origen hinduista, relacionada con los 7 cuerpos (etéreo, físico, mental, astral, etéreo, sutil, anímico). Son reflejo del cuerpo sutil, se encuentran en el cuerpo físico, y subsisten después de la muerte y contribuyen a la animación del feto en el instante de la reencarnación del alma en otro cuerpo. O sea, son una creencia religiosa.

- ¿Cuál es el origen de este sistema?
- La curación por el uso de "energía" tiene una antigüedad milenaria en Asia, pero el Reiki surgió a principios del siglo XIX con Mikao Usui (1865-1927), decano de una pequeña universidad en Kyoto (Japón), persona noble, virtuosa y admirada. Un maestro con carisma de gurú, quien tuvo visiones místicas y creó este nuevo sistema curativo, que no es sólo una técnica, sino un camino espiritual.
Cuentan que subió al monte Kurama de Kyoto y que, en el curso de una meditación, recibió la capacidad de canalizar la energía universal. Usui denominó Reiki al sistema de sanación natural que comenzó a divulgar desde entonces. Funda así en Tokio la "Usui Reiki Rioho Gakkai", donde estableció ceremonias de iniciación para sus discípulos.
En sus inicios el Reiki surge como una secta (Energía Vital Universal), luego es traída a occidente (no del todo secularizada) como una práctica curativa. Luego en 1980 se instituyó la American International Reiki Association (AIRA), que contribuye a su difusión en los países occidentales. El mismo nombre (Reiki) lo llevan la secta de Usui, y la práctica presentada como "terapia alternativa o complementaria", de ahí la no poca confusión de muchos.
Al igual que tantos otros maestros del oriente, Usui reedita algunos principios éticos del confucianismo y de otras tradiciones asiáticas. En la actualidad existen diversas y variadas escuelas y sistemas de entrenamiento de Reiki, por las naturales escisiones que tuvo la versión original al llegar a Occidente, razón por la cual es difícil hablar de un único sistema de Reiki.
Si bien existen maestros de Reiki que lo enseñan en fidelidad a Mikao Usui, y no tienen intenciones de engañar a nadie, no pueden ignorar los cristianos, la incompatibilidad doctrinal de sus doctrinas con la fe cristiana, aunque se presente como una inocua terapia. Es sabido lo difícil que es delinear la frontera entre lo terapéutico y lo espiritual en las disciplinas orientales. Al sostener trabajos sobre la espiritualidad de la persona, se está incluyendo siempre un contenido religioso implícito, aunque no se llame religión.

- En rasgos generales, ¿cuáles son los principales elementos de la cosmovisión del Reiki incompatibles con la fe cristiana?
- En primer lugar un dualismo cósmico. De origen taoísta, la teoría de los opuestos (Yin - Yang), viviendo en una constante "guerra espiritual" contra las energías negativas, de las cuales se protegen con símbolos protectores ("escudos"), que son simples amuletos, que promueven una mentalidad mágica y supersticiosa. Y por otra parte, subyace en sus escritos un panteísmo que reduce a Dios a una energía que se puede canalizar si uno se concentra y aprende las técnicas para ello.
El sincretismo es tal, que en sus oraciones al "Padre", lo llaman "Ser universal superior" y al "Espíritu Santo" lo igualan al "Ki" o "Chi", es decir, a la energía que pasa a través de nosotros y que recibiríamos del universo, con lo cual Dios ya no es persona, sino una energía que podemos "sintonizar". En algunos casos recurren a un lenguaje pseudocientífico para explicar que a Dios no lo vemos simplemente porque es una energía a otro nivel de frecuencia. Con esto basta para entender que están muy lejos de la fe cristiana y empapados de la New Age.
Semejante a algunas antropologías gnósticas sus manuales nos hablan de una "chispa divina" atrapada en nuestra carne, y el 90% de sus adherentes creen en la reencarnación. Por otra parte, el mismo Jesús es nombrado como un gran maestro sanador que imponía manos, y hasta graciosamente lo proponen como un maestro Reiki muy antiguo. Incluyen una doctrina sobre Jesús que desfigura su identidad como Dios hecho hombre y como único salvador, quedando como un sanador entre tantos. El sentido cristiano de la imposición de manos no tiene nada que ver con el uso que se hace de ese gesto en el Reiki.
Con esto bastaría para decir que nadie puede llamarse cristiano y tener una visión así de Dios, del mundo, del ser humano y de la vida después de la muerte. No tengo nada en contra de las terapias de origen japonés, pero advierto siempre a los católicos de la incompatibilidad de esta doctrina que se presenta como simple "terapia", con la fe cristiana.

- Siendo tan complejo el mundo de las nuevas terapias alternativas, ¿Cómo discernir cuando nos alejan de la fe cristiana?
- Es necesario un serio discernimiento frente a la multitud de disciplinas orientales importadas en occidente, ya que en el caso de que pudieran no ser perjudiciales en sí mismas, es preciso no caer ni en un rechazo a lo diferente por ser desconocido, ni en un concordismo ingenuo por falta de sentido crítico y coherencia en la fe.
La mayoría de las disciplinas orientales traídas a occidente en la segunda mitad del siglo XX (Yoga, Artes Marciales, Meditación Zen, Tai Chi Chuan, Chi Kung, etc.) gozan del testimonio benéfico que han dejado a sus practicantes. Y es que, practicadas dentro de una buena purificación en contenidos y un serio discernimiento, no le es problema a un cristiano practicar cualquiera de ellas, salvo cuando se incluye en el aprendizaje elementos doctrinales y espirituales. Una dificultad en la actualidad es que muchas de ellas están siendo reencantadas con espiritualidades esotéricas promovidas por la Nueva Era. Hay que discernir caso por caso, y una importante "vacuna" para un buen discernimiento es una profunda experiencia de fe en Jesucristo y una sólida formación cristiana.

- Los obispos norteamericanos declaran la invalidez científica del Reiki. ¿Qué opina al respecto?
- Es claro que no tiene validación científica, al igual que muchas otras terapias importadas de Oriente, y mucho menos lo tienen las pseudoterapias promovidas por la Nueva Era. Creo que se da una situación peligrosa cuando una persona abandona un tratamiento médico por sumergirse en un sinfín de terapias extrañas y sin validación científica. Uno de los problemas ocasionados por algunos maestros del Reiki, es que prometen curarlo todo, y es obvio que no es cierto.
El Reiki contradice todos los adelantos científicos en materia médica. Cree encontrar las causas de todo lo malo en desequilibrios energéticos, espirituales y psicosomáticos. En este sentido hay mucho de dogmatismo, falta de seriedad, de discernimiento y honestidad en este tipo de afirmaciones. Las llamadas "terapias complementarias", entre las que hoy se incluye el Reiki gozan de buena propaganda, pero no todas son igualmente serias y además no siempre son tan "efectivas" como prometen. Es verdad que la medicina tradicional no se ha abierto demasiado a nuevos paradigmas en su campo, pero también es verdad que hoy cualquiera se proclama "terapeuta" y no se sabe ni de qué disciplina, ni dónde se graduó, ni si es veraz lo que dice.
Con todos los avances científicos y la presencia de nuevas formas de religiosidad desinstitucionalizada se vuelve difícil la delimitación conceptual, y así, la frontera entre la ciencia, lo mágico, lo paranormal y lo religioso parece diluirse en un magma gnóstico. Muchos se confunden por la gran desinformación que hay al respecto de todo este tema.

- Usted es uruguayo. ¿Cómo es la situación en su país?
- La moda sociocultural de Nueva Era es el principal distribuidor de Reiki en nuestro país, y la mayoría de sus centros de curación son verdaderos centros de espiritualidad oriental, sincréticos, donde sus practicantes terminan creyendo en la reencarnación, y que forman parte del gran ser universal, impersonal y energético. En lugar de dar fe a la gracia de Dios, dan fe a la energía que todo lo invade y cuya ausencia deteriora los seres. Jesucristo aparece relativizado como un sanador más dentro de la historia de la humanidad al ser igualado a "otros" Budas (iluminados), y se ve alterada su identidad al no ser reconocido como Dios mismo entre nosotros.
Al igual que muchas de las disciplinas promovidas por la New Age, el Reiki va acompañado de una serie de manuales, y materiales teóricos que van minando el cristianismo con un sincretismo que relativiza las bases de la fe cristiana detrás de una fascinación búdica y hasta esotérica. Por su propia modalidad se presenta como "no religioso", cuando todos los temas que toca y sobre los que pretende traer una novedad son medularmente religiosos.
Muchos cristianos sedientos de paz, de armonía, de seguridad, de sanación interior y física han salido a buscar en oriente (cuando no en la caricatura consumista que ha hecho la New Age de las milenarias tradiciones orientales), lo que no han encontrado en un occidente más frío, racionalista, resecado por el secularismo, y vacío de espiritualidad. Las iglesias históricas han quedado a veces presas del paradigma moderno y de una teología secularizada, volviéndose incapaces en la práctica de dar respuesta a la sed espiritual de nuestro tiempo. Por otra parte, el mercado religioso está en "la última" novelería para el ansioso consumidor de nuevas experiencias espirituales disfrazadas de "terapias", llevando así la delantera en la pugna por ofrecer respuestas a las necesidades "espirituales" más urgentes.
No puedo tampoco generalizar, porque hay muchos católicos, que ignorando las incompatibilidades doctrinales, se aventuran en caminos espirituales que creen complementarios, y han encontrado allí algo de paz y bienestar espiritual. Esto es cierto, pero no hay que dejar de decir que tarde o temprano por esos caminos se alejan del Evangelio. Esta situación nos interpela en cuanto a nuestra misión evangelizadora. ¿Por qué tienen que ir a buscar a otros pozos de agua lo que en Jesucristo colmaría toda su sed de plenitud?

- Algunos lo incluyen el Reiki dentro de las sectas. ¿Qué opinión le merece?
- No es una secta, pero el tema es complejo. Las personas que lo practican tienen muy buenas intenciones: mejorar su vida y la de los demás, ser canales del "amor" (cósmico y divino), ser instrumentos de "sanación". Y muchos otorgan sus sesiones gratuitamente porque la bondad no se cobra, lo cual es un signo de la renovación ética y espiritual que se produce en muchos de estos ambientes, lo cual es algo muy positivo.
Pero por otra parte, como todo lo vinculado a la New Age, se está convirtiendo en nuevo negocio religioso para muchos. Nos estamos plagando de maestros Reiki que cobran hasta dos mil dólares un nivel superior, cursos carísimos que gozan de buena reputación en centros de Fitness. Si uno mira las propagandas de varios centros en Montevideo tienen testimonios de lo que el Reiki ha hecho en su vida, su búsqueda espiritual y el Reiki aparece como la respuesta, hasta venden amuletos con signos que atraen energía... También dicen "es compatible con cualquier religión", porque todo sincretismo religioso así se presenta: "todo es complementario", aunque estén frente a lo opuesto. Muchos nuevos movimientos religiosos sincréticos se presentan como "complementarios", cuando en realidad se pretenden sucedáneos de las religiones tradicionales.
Muchos son los que detrás de la fachada de una simple terapia han encontrado un maestro espiritual que los escucha, una comunidad que los acoge, un ambiente de paz y armonía, una nueva religión que por no ser institucional dicen que no es religión. En todo caso habría que decir que no es una Iglesia, o una secta, pero alcanza con leer los manuales para ver que una cosmovisión como ésta es una propuesta religiosa con doctrina, culto y espiritualidad. Es así como podemos ver en un practicante de Reiki los rasgos psicológicos de un "recién convertido": el fanatismo, el deslumbramiento y la paranoia persecutoria hacia quienes quieren cuestionar "algunos aspectos" de su nuevo descubrimiento. Cuando uno los escucha hablar no hablan de cuestiones terapéuticas sino espirituales.
No hemos de condenar las buenas intenciones de tanta gente que quiere mejorar su calidad de vida, pero los cristianos podemos caer en la tentación de pedir prestada la espiritualidad o importarla de Asia, por haber secado nuestro propio pozo. No en vano la Santa Sede ha llamado al documento sobre el New Age: "Jesucristo portador del agua viva", llamándonos frente a la Nueva Era a redescubrir nuestra propia espiritualidad genuinamente cristiana, que no siempre hemos cultivado en profundidad.
Además con los grandes problemas en los que estamos sumergidos, en el angustiante y alienante anonimato en que vivimos, muchos pagan a cualquier precio sentirse importantes, sentirse especiales, siendo un maestro energético o un sanador... Ahora todos quieren ser un gurú.

- ¿Qué desafíos presenta a la Iglesia este tipo de terapias promovidas dentro de los mismos creyentes?
- La respuesta a muchos de estos problemas dentro de nuestra Iglesia se solucionan con una renovación espiritual, con una conversión verdadera, y hoy es un tiempo propicio para el primer anuncio y para un catecumenado de adultos que inicie realmente a los católicos en la vida de Cristo y en los misterios de nuestra fe. Porque como afirmaron los Obispos Latinoamericanos en Aparecida, una fe católica reducida a bagaje cultural, a elenco de normas morales y practicas devocionales, a una práctica ocasional en algunos sacramentos... no resistirá los embates del tiempo. Nuestra mayor amenaza es el gris pragmatismo de la Iglesia en la cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va desgastando.
La respuesta a muchos de los problemas actuales es tener un verdadero encuentro profundo y existencial con Jesucristo vivo, que cambia las vidas de las personas y centrar la vida pastoral en la fuente inagotable de la vida cristiana que es Jesucristo mismo. Es necesaria una verdadera conversión pastoral, que nos haga caer en la cuenta que no podemos descuidar lo esencial.
Tal vez como cristianos hemos hablado poco y casi nada a nuestros hermanos sobre el amor que Dios nos tiene, sobre nuestra realidad de seres únicos e irrepetibles, sobre la gracia, sobre la vida de Dios que se derrama en nosotros, sobre la necesidad de ser sanados de nuestras heridas espirituales, psíquicas y físicas; y tal vez este tipo de cosas nos digan que hemos dejado unos cuantos espacios vacíos que otros vinieron a llenar.
Hoy son muchos los que manifiestan su hambre y sed de crecimiento espiritual, especialmente en países de secularización avanzada. Estoy muy feliz de ver como en muchos lugares del mundo se está
despertando una renovación espiritual dentro de la Iglesia, que sin lugar a dudas es la mejor vacuna para muchos de los desafíos actuales.

APÉNDICE II

Qué es el reiki, y criterios para su valoración.
Luis Santamaría. Publicado en Acción Digital

¿Qué es el reiki? ¿El reiki es efectivo y logra los resultados que promete? ¿Es una simple técnica, o algo más? ¿Puede alguien compatibilizar una creencia religiosa común con la práctica del reiki? En algún boletín anterior hemos ofrecido información sobre este tema, y ahora volvemos a hacerlo, de la mano de dos artículos que Luis Santamaría, estudioso de la nueva religiosidad y miembro de la RIES, ha publicado en la revista religiosa En Acción Digital, que ya fueron reproducidos en el nº 41 de Info-RIES y que presentamos fundidos a continuación.
Hace poco alguien me comentaba que se ha hecho instructor de reiki, lo que me ha llevado a escribir algo sobre esta “técnica de sanación”. No es un caso aislado, sino que cualquiera que se fije a su alrededor puede caer en la cuenta de cómo se extienden ofertas de cursos de reiki en nuestras ciudades. ¿Qué es el reiki? ¿Un arte marcial? ¿Una secta? ¿Una nueva espiritualidad?

Qué es

En principio, tiene algo de todo esto. Vamos a verlo más despacio. Se trata de una técnica de sanación muy difundida en Occidente por la atmósfera de la Nueva Era. Se basa en la “energía vital universal”, y de ahí su nombre: “ki” significa energía vital, y “rei”, universal. Esta energía, que se puede emitir por las manos, tiene potencia sanadora. Y las enfermedades son, para los defensores del reiki, trastornos de naturaleza espiritual, no orgánica ni física. En la publicidad de un centro hemos podido leer que se trata de “una terapia complementaria a la medicina tradicional”.
Su iniciador fue el japonés Mikao Usui (1865-1926), y su divulgadora más importante fue Hawayo Takata (1900-1980). Según parece, Usui fue un profesor cristiano que quiso averiguar cómo llevó a cabo sus curaciones milagrosas Jesucristo, y el estudio de la teología cristiana le defraudó. Fue en el Tíbet, y después en Japón, donde aprendió la técnica de sanar, después de una visión mística en la que le fue revelada. Entonces fundó la secta que esparciría su descubrimiento al principio por todo el mundo, aunque en Occidente lo hiciera de una forma más “secularizada”, con menos apariencia religiosa, como si se tratara de una técnica sanadora sin más, en el ambiente holístico de la Nueva Era. Después de la muerte de Takata, el reiki se dividió en dos ramas principales, una dirigida por Barbara Weber Ray, y otra fundada por Phyllis Furumoto, nieta de Takata.
De hecho, son multitud los grupos y sectas que son deudoras del “descubrimiento” de Mikao Usui, a lo largo de todo el planeta. En España, por ejemplo, podemos encontrarnos con la Alianza Española de Reiki (vinculada al movimiento del gurú Maharaj Ji), el Centro Shambalaluz, la Comunidad de Maestros de Reiki, y otros centros que simplemente añaden el nombre de la ciudad a la palabra reiki. Y ofrecen el aprendizaje de diversos tipos de reiki: Usui Japonés, Tibetano, Tántrico, Karuna, Sekhem-Seichim, Egipcio, Bioreiki... como podemos leer en su propaganda. Consta de cursos breves en los que el interesado asciende en los cuatro niveles que tiene.
El primer nivel consiste en la autosanación y en la posibilidad de transmitir la energía a personas allegadas. El segundo hace un terapeuta de su practicante, que aumenta su capacidad energética hacia los demás. En el tercer nivel, espiritual, uno se conecta con la energía superior, “nuestra esencia interior, que es nuestra guía para el crecimiento espiritual”. Y, por último, el cuarto nivel o del maestro está indicado para los que quieran transmitir y enseñar a otros esta técnica de sanación. Los principios del reiki, establecidos por su fundador, son: “no te enfades, no te preocupes, da gracias, trabaja honestamente, se amable”.
“El Reiki equilibra y restaura la energía del organismo y favorece la capacidad del cuerpo para sanarse a si mismo, armonizando tanto el cuerpo como la mente. A nivel psicológico, el Reiki sumerge al paciente en un profundo estado de relajación y paz, muy beneficioso en casos de depresión o estrés y permite profundizar más en los procesos mentales que nos mantienen atados a nuestros problemas. A nivel físico el Reiki calma el dolor, refuerza el sistema inmunológico y fortalece el cuerpo ante cualquier enfermedad. Reiki jamás puede producir ningún daño, puesto que es la energía del universo y sólo fluye en las cantidades requeridas por el receptor”, afirman en su propaganda. Además, añaden, puede emplearse en animales y plantas.
Se basa en los chakras o centros energéticos del cuerpo humano (creencia de origen hindú, muy difundida en los diversos nudos de la red de la Nueva Era), y en equilibrarlos en armonía para lograr todo eso que se dice en el párrafo anterior. La cuestión es canalizar adecuadamente la energía universal con la ayuda de un maestro, de alguien que haya alcanzado el cuarto nivel del reiki.

Algunas valoraciones

Lleba el momento de indicar algunos elementos para su valoración. ¿Qué ha de pensarse del reiki? ¿Funciona? ¿Es magia, ciencia o religión? ¿Qué debe pensar un cristiano? En primer lugar hay que observar su carácter sanador. El reiki no sustituye a la medicina tradicional (alopática) ni pretende hacerlo, puesto que se sitúa en un nivel diferente. Por ello, y porque no tiene ninguna fundamentación científica, para el experto argentino Roberto A. Federigo, miembro de la RIES, se trata de una práctica mágica. Afirma que “el Reiki dice administrar y trasmitir una supuesta energía sobrenatural para un beneficio, y el supuesto control de una fuerza de igual naturaleza para diversos fines, se conoce como magia”. Por ello, concluye que “es sólo una creencia mágica primitiva, y como toda magia carece de efectos comprobables”.
No es ciencia ni medicina, por lo tanto. Sin embargo, por todas partes podemos ver testimonios de efectos positivos en las personas que lo practican. De hecho, esto ocurre con muchas otras técnicas orientales, cuyos resultados benéficos sobre el organismo y psiquismo humanos son conocidos. Ocurre con el yoga, la meditación, el tai chi, ejercicios de relajación, etc. El reiki es un producto más del complejo universo de la Nueva Era, que engloba y mezcla creencias y prácticas de las más diversas procedencias, con el punto de unión de lo “espiritual”, sin concretar mucho de lo que se habla cuando se emplea este término. Desde luego, sin la institucionalización religiosa tradicional.
¿Puede considerarse como algo religioso? El mensaje que transmiten los instructores de reiki y su propio contenido es de carácter eminentemente oriental, pero podemos observar un hábil sincretismo con elementos de origen cristiano. Los textos de sus manuales hablan de la energía como de algo divino que habita en el interior del hombre, además de tener presencia y alcance universal. Por ejemplo, podemos leer: “El Padre que es amor incondicional, que nada pide, que todo lo da, que llega a todo ser que lo necesita, que cicatriza nuestras heridas, sana las angustias, las tristezas, el desamor, el desequilibrio, la desesperanza, el dolor, la amargura, la impotencia, la desesperación, porque su amor todo lo puede, e impregna cada cuerpo, cada chakra, cada rincón de tu ser restaurándolo con la energía sanadora del amor y llevándote a un estado distinto, superior, sutil, reconfortante. La experiencia de reiki es individual, pero en todas vas a encontrar esa cuota divina, que no es tuya ni mía, que pasa a través de nuestras manos, y que es la esencia de todo, pues el amor está siempre como causa subyacente de todas las cosas”.
Aunque la inmensa mayoría de los autores que lo promueven insisten en que no se trata de un movimiento religioso y que sus prácticas no constituyen una actividad de carácter religioso en sentido estricto, sin embargo sí tiene componentes religiosos según los autores de un estudio publicado en Italia (J.G. Melton y A. Menegotto, Reiki: tecnica o religione?, 2005), dentro de la configuración típica de la nueva religiosidad, liberada de dogmas y preceptos, desinstitucionalizada. Así lo constatan en sus doctrinas y prácticas, y afirman que “se sitúa ciertamente en una delicada zona de límite a lo largo de la ‘frontera de lo sagrado’ y vive en una continua ambigüedad en las relaciones técnica-religión, profano-sagrado, material-espiritual, cuerpo-espíritu. Parece adaptarse bien a él la categoría de ‘cuasi-religión’, elaborada con particular referencia al contexto estadounidense para describir una serie de experiencias que no participan totalmente de las categorías de clasificación ordinarias de ‘religión’”.
¿Y qué debe hacer ante esto el cristiano? El discernimiento es difícil, ya que hay que observar con profundidad para ver si lo que se está empleando es una mera técnica física o psíquica, o si la práctica del reiki conlleva un contenido irrenunciable que choque con la espiritualidad evangélica. Además, según el teólogo uruguayo Miguel Pastorino, miembro de la RIES, “el desafío para los cristianos que practican no es nada fácil, de hecho el Yoga y las Artes Marciales, el Tai Chi y el Chi Kung ya han sido bastante purificados gracias a varias décadas de existencia en un contexto secularizado, pero no es este el caso del Reiki que además cuenta con todos los patrocinadores del movimiento Nueva Era”.
Este experto señala que es propio de la cultura oriental no disociar la práctica de estas disciplinas originadas allí de la doctrina que las sustenta y les da sentido. Y el reiki trae consigo una cosmovisión dualista, la creencia en el Absoluto como una energía personal, la posibilidad de todos los hombres de sanar, la reencarnación, y un largo etcétera. ¿Puede aceptar esto normalmente un creyente, ya sea oriental u occidental, que profese la fe en un Dios creador personal, que se ha encarnado en Jesucristo como mediador salvífico para todos los hombres y que ha resucitado como cabeza de la humanidad entera? Más bien parece que no.
Pastorino señala que “el Reiki va acompañado de una serie de manuales, y materiales teóricos que van minando el cristianismo con un sincretismo que relativiza las bases de la fe cristiana detrás de una fascinación búdica y hasta esotérica”. No es algo inocente, y por eso debemos estar atentos, viendo lo que suele haber detrás (además de sospechar del negocio, algo muy común): “el Reiki está entrando en la corriente de pensamiento de los que preparan el advenimiento de la Era de Acuario y la superación del cristianismo por una espiritualidad universal sin iglesia, sin mediaciones, donde cada uno experimentará su propia autodivinización (comenzando por la autosanación, etc.)”.
¿Por qué tanta gente se acerca a este método de sanación, que abarca grandes cuestiones del sentido de la vida? Porque esa sed está ahí, aunque lo queramos negar. Y el reiki es atractivo y misterioso, y no muy difícil de realizar por cualquier persona interesada. ¿Y los cristianos? ¿Por qué acuden a esta práctica? Es una buena pregunta, pues habiendo conocido al que da la verdadera agua de la vida, es extraño que busquen fuera de su rica tradición religiosa algo que sacie su ansia de infinito... ¿O es que no han experimentado nada en su vivencia cristiana? Jesucristo pasó por el mundo haciendo el bien, curando enfermedades y dolencias, y hoy sigue sanando y salvando, también a través de su Iglesia.

APÉNDICE III

El reiki es una práctica mágica sanadora
Roberto A. Federigo. Publicado en Catholic.net

El experto argentino en sectas Roberto A. Federigo, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) y consultor sobre estos temas en Catholic.net, publicó hace un tiempo un artículo divulgativo sobre el reiki desde la perspectiva cristiana, que reproducimos a continuación.

1. Biografía de Mikao Usui

Mikao Usui nació el 15 de agosto de 1865 en Japón y creció en Taniai-mura (Miyama-cho) Yamagata-gun Gifuken. Su padre fue Uzaemom y su madre de la familia Kawai. En 1869 Usui ingresó al monasterio Tendal, donde aprendió Oi gong hasta su adolescencia. En 1892 pasó de la secta Tendai al budismo Shingou. A pesar de su vida pobre, viajó a China, Estados Unidos y Europa y se formó académicamente. Tuvo conocimientos sobre medicina, historia, psicología y sobre los dogmas y doctrinas de las religiones mundiales especialmente sobre el Kyoten (enseñanzas budistas).
Fue misionero, empleado del gobierno, comerciante, periodista y Secretario del Alcalde de Tokio. También formó parte del gobierno de Taiwán de Kodama Gentaro. Usui contrajo nupcias con Sadako Suzuki con quien tuvo dos hijos, uno varón llamado Fuji (1908 – 1946) y una hija sobre la que no se tiene datos. Poco después del nacimiento de sus hijos la familia de Usui se vio fragmentada posiblemente por el interés de éste en la religión cristiana, las sectas budistas y el esoterismo. Fue por estos motivos que Usui decidió buscar el “Anshin Ritsumei” (Mente en Paz).
En 1918 comienza a adiestrarse en el budismo Zen, actividad que le llevará tres años. Debido a no poder lograr lo que en el Zen se denomina el Satori (iluminación), Usui se marcha a “Morir una vez”, de acuerdo a la contestación a su interrogante por parte de su maestro. Inmediatamente abandona a su familia y se retira al monte Kurama a realizar una práctica de meditación llamada “shyo gyo”. En este monte permanecerá por 21 días.
Luego de sentir un gran Reiki sobre su cabeza encontró el Satori y adquirió el poder de sanación llamado Reiki Ryoho. Se dice que luego de esto regresó a su hogar y curó a su esposa que se encontraba enferma. Usui decidió compartir su logro con todo el mundo haciendo accesible el conocimiento del nivel Shoden. En abril de 1922 Usui creó el Usui Reiki Ryoho Gakkai (Sociedad Usui Reiki de Método de Sanación) e inauguró su primer clínica en Aoyama, Tokio, donde enseñó y practicó Reiki. Se instruyó aun más en budismo Shinto, Mahayana y descubrió el Reiju (método de fuerza) y el Hatsurei – ho (limpieza de cuerpo, mente y espíritu). Dio por primera vez Reiju en Harajaku, Tokio en 1922.
Originalmente Usui aplicaba sus técnicas intuitivamente sobre las zonas doloridas de sus pacientes, pero luego se vio obligado a crear un método que volcó en los manuales llamados “Usui Reiki Hikkei”. Después del terremoto de 1923, Usui practicó sus métodos en varias víctimas de la catástrofe. Debido a su supuesto éxito, en 1925 mudó su centro a Nakano, y desde allí comenzó a desplegar el Reiki por todo Japón.
Murió el 9 de marzo de 1926 de un infarto en uno de sus viajes a un pueblo llamado Fukuyama en Hiroshima. Se estima que enseñó Reiki a más de 2000 estudiantes, entre ellos 17 fueron Shinpiden (maestros de nivel) y algunos de ellos eran: Jusaburo Ushida (Gyuda), Kanichi Taketomi, Chujiro Hayashi, ltoichi Wanami, Yoshiharu Watanabe, Toshihiro Eguchi, Masyuki Okada.

2. Usui Reiki Ryoho Gakkai

La Sociedad Usui Reiki de Método de Sanación fue fundada en abril de 1922 y aun existe. Sus miembros fueron: 1- Mikao Usui (1865-1926). 2- Jusaburo Ushida (Gyuda) (1865-1935). 3- Kanichi Taketomi (1878-1960). 4- Yoshiharo Watanabe. 5- Hoichi Wanami (1883-1975). 6- Srta. Kimiko Koyama (1906, retirada en 1998, fallecida en 2000 - primera mujer). 7- Masayoshi Kondo (miembro actual). Se reúnen semanalmente en Tokio y llaman a estas reuniones “Shuyo kai” y dos veces al año en las sucursales. En estas reuniones hacen Hatsurei – ho, recitan poesía Waka y los principios Reiki.
El Hatsurei – ho es una ceremonia en la cual un Shinpiden (maestro) da a los estudiantes Reiju (sintonización) que servirá para purificar y abrir más los canales Reiki. La sociedad es cerrada y el manual utilizado es el Reiki Ryoho No Shion (Guía de sanación Reiki). Cualquier persona puede estudiar el Shoden o primer nivel, no obstante los niveles más avanzados sólo se otorgan a quien demuestra condiciones. El segundo nivel es llamado Okuden y algunos estudiante pueden tardar hasta diez años para alcanzarlo. El Shinpiden o Nivel Maestro es dado pocas veces y en esta sociedad sólo seis lo han logrado de 500 miembros.

3. Reiki

Reiki dice ser un método de sanación que utiliza la Energía Universal de Vida. Esta energía sería guiada por una conciencia superior que algunos conocerían como Dios o su propio “ser superior”. Esta energía no es producida por el sanador sino por el mismo ser superior. Quien practica Reiki, considera que todo lo existente es energía, desde el pensamiento hasta los elementos, y nosotros somos una irradiación de esa energía. Este “campo electromagnético” que produce la energía y nos rodea, estaría compuesto por varias capas que nos rodean, y con el paso de nuestras vidas se iría nutriendo de traumas y problemas emocionales que quedarían atrapados como en una red, la cual crearía bloqueos en el flujo de la Energía Universal de Vida.
Esta Energía sería esencial para la vida, e incluso más importante que el aire y el agua. Sería entonces la sanación Reiki la que ayudaría al flujo de la energía a desbloquear los problemas energéticos que serían los indicadores de la enfermedad física. Sus cinco principios, establecidos por Mikao Usui son:
1- Sólo por hoy, no te enojes.
2- Sólo por hoy no te preocupes.
3- Honra a tus padres, maestros, y ancianos.
4- Gana tu vida honradamente.
5- Demuestra gratitud a todos los seres vivientes.

4. Utilización del sistema curativo Reiki

El tratamiento de Reiki consiste simplemente en la colocación de las manos por parte del reikista sobre el cuerpo del paciente con el único fin de lograr que la energía fluya. Sería dejar que la energía fluya entre dos o más personas, con el único propósito de compartir la sanación. El Reiki puede también auto – aplicarse. Existe un conjunto de posiciones para las manos que se enseña tradicionalmente, no obstante no es necesario seguir estas posiciones. Ante una zona determinada que el reikista considere de interés, este puede mantener sus manos sobre ella por el tiempo que considere necesario.
Los sistemas varían de acuerdo al reikista, pero mayormente se trabaja en una primera sesión que se llama “limpieza de los 21 días” y se supone que en este período la energía trabaja limpiando un “chakra”, comenzando por el chakra raíz y culminando por el de la corona. Esta energía fluiría tres veces a través de los chakras en el transcurso de tres semanas.
Luego se efectuaría un “alineamiento” en el que la energía trabajará a un nivel mayor. Algunos reikistas consideran que además de curar, el Reiki ayudaría a conectarnos con nuestros Guías Espirituales y con los Ángeles.

5. Teurgia y taumaturgia

Antes del arribo de la filosofía budista a Japón, existía en esas islas un tipo de religiosidad primitiva y similar a otras de otros pueblos arcaicos. Ésta se denomina shintoismo y es llamado así en el siglo VIII, para diferenciarse del budismo. Surgió del culto a la naturaleza de las religiones populares, y esto se refleja en ceremonias que invocan a los poderes misteriosos de la naturaleza. En 1945 el shintoismo estatal (que creía al emperador descendiente del dios sol) perdió su rango oficial y en la actualidad el culto es privado.
El ser humano primitivo, en su concepción de las fuerzas de la naturaleza arribó a una instancia en que creyó mediante diferentes prácticas el poder apaciguarlas lo que devino en la creencia de poder controlarlas. A ello se lo denomina magia o teurgia (hechicería). En el estudio de la mente religiosa primitiva será útil puntualizar que en ocasiones se entiende por religión y magia exactamente los mismo, al no haber evidencias realmente demostradas para determinar una disociación.
Se ha manifestado que religión y magia son una misma, asimismo que la dualidad magia - religión es subsiguiente a un período más primitivo, en el que ambas prácticas se hallaban involucradas. Magia y religión consistirían en este caso, como afirmó Przyluski, en las dos diferencias de determinada actitud anterior a la magia y a la religión. Si bien se sostiene que ambas proceden una de la otra, se discute cuál de ellas dio origen a la otra.
Frazer sostuvo que la magia sería más antigua que la religión, a la vez alegó que aquella es un fenómeno mágico, y no religioso. Entonces, la religión involucra al hombre en un vínculo de reciprocidad desigual con la divinidad, manifestación propia del hecho religioso, entretanto que la magia no se detiene en la adoración de ningún ser. De acuerdo a V. F. Sokovieds los procedimientos mágicos se subdividen de la siguiente manera: Acto mágico individual. Ceremonia mágica colectiva.
Dentro de ellas se encuentran las protervas y las profilácticas. Las protervas son las magias de: Contacto: talismanes, drogas, etc. Inicial: maldiciones a distancia. Parcial (contagiosa): maldiciones a un objeto tomado del supuesto perjudicado. Imitativa: hechizar un objeto similar al cual se quiere hechizar.
Las profilácticas son las magias: Ahuyentativa (apotropeica): amuletos contra diferentes males. Purificadora (catártica): abluciones y fumigaciones. La clasificación de los procedimientos mágicos por su finalidad se subdividen en las siguientes magias: Perjudicial (negra). Guerrera. Medicinal. Amorosa. Profesional. Agrícola. Algunos investigadores como Potebña consideran discriminar también la magia verbal y Tókarev, la diferencia entre mancia y magia.
Entonces, el Reiki que dice ser un método de sanación que utiliza la Energía Universal de Vida, y que ésta energía sería guiada por una conciencia superior que algunos conocerían como Dios o su propio “ser superior”, cree estar administrando esa energía a través de las manos del reikista. El Reiki dice no ser ni querer reemplazar la medicina tradicional o alópata. La medicina alópata es la terapéutica cuyos medicamentos provocan en el organismo sano fenómenos distintos de los que caracterizan las enfermedades en que son empleados y es científica porque la ciencia es conocimiento verdadero de las cosas por sus principios y causas (cuerpo de doctrina ordenado y formado con sujeción a un método que constituye un ramo particular del saber humano).
Considerando que no es y dice tampoco querer reemplazar la medicina tradicional o alópata y carecer de sustentación científica, no obstante afirmar sanar, arribamos a la conclusión de que el Reiki es una práctica mágica.

6. Antecedentes: los grupos curativos de la época

Sanadores protestantes: Se estima que predicadores como Evan Roberts, fueron los que conformaron el pentecostalismo en los Estados Unidos, alrededor del año 1903, no obstante su surgimiento fue paulatino entre 1770 y 1870. Son iglesias libres y escindidas de las Bautistas y Metodistas. Desde el punto de vista doctrinario y dogmático creen que en sus reuniones se manifiesta el Espíritu Santo. Conservan el dogma de la Trinidad y la Divinidad de Cristo. Advierten que la Iglesia Católica está corrompida y practican la imposición de manos, glosolalia (hablar en lenguas) y liberaciones (exorcismos).
Sanadores Nuevo Pensamiento: En 1879 Mary Baker Eddy (1821-1910) funda La Scientist Church of Christ (Iglesia Científica de Cristo, Iglesia del Cristo Científico o Ciencia Cristiana). Nacida en Nueva Inglaterra en una granja de New Hampshire en 1821, su niñez y parte de su vida de adulta, fueron marcadas por padecimientos en su salud. Aunque sus valores puritanos le motivaban a leer La Biblia a diario, pasó muchos años buscando métodos terapéuticos disponibles en su época. Esta última razón la llevó a convertirse en una paciente de Phineas Parkhurst Quimby cuya "medicina libre" le influyeron notablemente en sus técnicas curativas del futuro.
Qumby fue un sanador influenciado por filósofos idealistas como Ralph W. Emerson, que aplicó el mesmerismo para sus sanaciones. Eddy, visitó a Quimby en 1862 virtualmente inválida, y supuestamente con la ayuda del doctor su salud mejoró rápidamente. El cambio fue instantáneo y su dolor y debilidad desaparecieron.
Durante varios años de frecuentar las técnicas de Quimby, se volvió profundamente interesada en su teoría de la cura de las enfermedades. Influenciada por los ensayos de este, escribió los propios y los sometió a él para su inspección y corrección. Tiempo después comenzó a dar algunas conferencias públicas de su sistema curativo en Warren, Maine, anunciando su programa como “la ciencia espiritual de P. Quimby”. Después de la muerte de Quimby en 1866, Eddy continuó enseñando las nuevas ideas y métodos, hasta que organizó su trabajo para hacerlo público.
En 1875 publicó un libro que llamó Ciencia y Salud, de cual afirmó que era una filosofía de curación de la que ella exigió ser la descubridora, criticando al “magnetismo animal” de Quimby y al espiritismo. La idea de la no existencia del mal, y que el “magnetismo animal” es un pensamiento erróneo, que lleva a la ilusión del mal, la lleva a deducir que la enfermedad es, simplemente, el temor del inconsciente ante el ritmo desbocado del universo y que el hombre no es material: es totalmente espiritual. Estas ideas similares en algunos puntos a las de Quimby llevarían a formar muchos grupos como la Universidad de Ciencia Metafísica Emma Hopkins (1887), Ciencia Divina (1887), Unidad (1888-90) y Ciencia Religiosa Internacional (1927), que formarán parte de la denominada Alianza Internacional del Nuevo Pensamiento.
Particularmente la Ciencia Religiosa Internacional, fundada por Ernest Holmes influenciara a través de su hermano Fenwicke L. Holmes a Seicho-No-Ie (Verdad de Vida) un grupo japonés fundado por Masaharu Taniguchi (1893-1985) en 1930, que pondrá también énfasis en los métodos sanadores no tradicionales. No es nuestra intención comprobar o demostrar algún tipo de relación entre Usui Reiki Ryoho Gakkai y Seicho-No-Ie, no obstante, sí es uno de nuestros fines subrayar como antecedente, que las influencias proporcionan la carencia de originalidad en los métodos terapéuticos no convencionales, aparecidos en un período socialmente proclive para que estos se crearan y trascendiendo las distancias lejanamente geográficas.
Muchos afirman que el Reiki es de raíces milenarias, y que fue redescubierto por el Doctor Mikao Usui, y es posible que así sea, si consideramos que para esa época algunos países asiáticos como Japón, aun no abrían, culturalmente hablando y en lo que al común de su población se refiere, sus puertas a la cultura y ciencias occidentales. El Reiki es entonces una práctica primitivamente mágica, con influencias de otros grupos sanadores muy presentes en la época.

7. ¿Por qué se popularizó el Reiki en América?

El movimiento pseudo-espiritual y contracultural llamado Nueva Era (New Age) nacido en los Estados Unidos a partir de las doctrinas teosóficas y los movimientos contraculturales de los años sesenta, evidencia erigirse como polo opuesto o paradigma del cristianismo institucionalizado u oficial. El cristianismo original de una época en la que las poblaciones agrarias demostraban un afecto hacia la vida comprometida con su prójimo y en comunidad, contrastaba a principios del siglo XX con el crecimiento de las primeras grandes urbes, y con el arribo de las masas de campesinos en búsqueda de un nuevo horizonte en sus vidas. La era industrial necesitaba de una actitud espiritual poco comprometida y que representara el individualismo del capital privado en su versión religiosa.
Las primeras manifestaciones de religiosidades occidentales portentosas serán exteriorizadas por el protestantismo en su rama Pentecostal y por el Nuevo Pensamiento en Phineas Quimby y los grupos sucedáneos. No es casual que se haya gestado en casi una misma época al Nuevo Pensamiento y el Fundamentalismo Protestante (1) como dos caras de una misma situación sociocultural. La taumaturgia y el curacionismo, influyentes en la época darán por resultado el surgimiento de muchos grupos metafísicos relacionados con el Nuevo Pensamiento y también del Evangelismo Pentecostal, conexo al protestantismo fundamentalista, ambos con marcado énfasis en la curación milagrosa ya sea por medio del Cristo interno, la llama trasmutadora, el séptimo rayo o técnicas de canalización de energías, y del otro lado, por la fe en la Sangre redentora de Cristo, el Bautismo o la imposición de manos.
No obstante, los grupos metafísicos del Nuevo Pensamiento seguirán presentando características muy diferentes a los grupos cristianos, sobre todo y además de sus dogmas y sin la solemnidad del calendario cristiano, en sus nomenclaturas por lo general adoptadas de instituciones educativas o terapéuticas (cursos, maestros, terapeutas, etc.).
El Reiki se hace popular en América por la necesidad de quienes se apartan de los dogmas de su religiosidad mixta, e impuesta culturalmente, de no apartarse totalmente de las prácticas (portentos) utilizadas por ellas. Distíngase así que algunos protestantes norteamericanos alejados de grupos pentecostales necesitan aun de las curaciones por imposición de manos y algunos católicos latinoamericanos apartados de la Iglesia, necesitan de los portentos de sus culturas ancestrales nativas sean de origen autóctono chamánicas o druídicas europeas.

8. La necesidad de una curación no tan diferente

El cristianismo utiliza la imposición de manos en sus dos más grandes expresiones: dentro del catolicismo lo efectúan los denominados grupos de Renovación Carismática y en el protestantismo evangélico los Pentecostales. No obstante la imposición de manos cristiana dista mucho de la práctica Reiki, ya que entre muchas otras cosas se justificaría por la fe, a pesar de que el tema sea motivo de controversia entre católicos de la línea más ortodoxa y protestantes de las ramas históricas con respecto a estos movimientos.
Como anteriormente vimos, la renuncia y el reniego de algunos elementos contenidos dentro de estas religiones llevaron a la creación de alternativas sanadoras y espirituales no alejadas totalmente de algunas prácticas, pero sí alejadas de los dogmas y doctrinas fundamentales, normalmente reemplazadas por panteísmo y un concepto algo gnóstico que en ocasiones se torna confusamente agnóstico. Es decir una persona que anteriormente profesaba la fe cristiana en alguna de sus variantes, rechaza ahora esa fe, pero no algunas de sus prácticas como la imposición de manos. Ésta, mejor dicho las consecuencias de esa imposición, serán ahora ocasionadas por una “Energía Superior”, la cual podría tratarse de lo que muchos conciben como Dios.
Entonces quien normalmente deja su religión cultural, para pasarse a una religiosidad esotérica reutiliza los fines de la similaridad de prácticas aunque esencialmente ya no sean idénticas. El esoterismo de la Nueva Era, necesitaba de este tipo de complemento afectivo, ya que quizás el motivo del alejamiento de algunas personas de la religión culturalmente impuesta haya sido por culpa de la abstracción espiritual y por una posición más contemplativa de experimentar la religión, es decir, se aleja de una espiritualidad con desequilibrio teórico – práctico, donde pesa más el teórico, para acercarse a algo opuesto. La necesidad de una práctica activamente rápida surge entonces de la estrechez en el logro y alcance de las necesidades de la vida moderna.
El Reiki no comprometerá a la persona con ningún dios, ya que quien lo realiza no está totalmente seguro de que esa “Energía” sea Dios. De lo que sí está seguro es de que si esa Energía es Dios, no es el dios que representa la religión establecida. Obviamente la misma situación anterior de rechazo, y la rápida necesidad, hace que el individuo sienta recelo por las prácticas científicas convencionales. De esta forma el círculo se cierra, y el Reiki, así como otros métodos alternativos pasan a complementar a los convencionales. Peligrosamente algunos se apartaran totalmente de las soluciones de la ciencia.

9. Síntesis y conclusión

El Reiki definitivamente no es ciencia. El conocimiento científico se resume en tres cualidades: general, social y legal. El general donde la valides de la experiencia es que pueda repetirse y nutrirse de conocimientos generales y no individuales. No está demostrado que el Reiki cure a la gente de sus dolencias. El social donde se define que tal conocimiento pueda ser comunicado, de modo tal que en principio se halle a disposición de cualquiera con la capacidad y el empeño necesarios para averiguarlo. Esta característica es la que distingue a la ciencia (tal como la conocemos en Occidente) de los conocimientos que integran las doctrinas esotéricas, como el yoga o el zen.
Los cultores de estas líneas de pensamiento sostienen comúnmente que ciertas verdades de gran importancia no pueden ser expresadas o comunicadas por medio del lenguaje: uno llega a ellas mediante cierta forma de iluminación, o destello de conocimiento, y lo único que puede hacer el maestro es poner al discípulo en las condiciones propicias para que en su espíritu se produzca ese destello. Y la cualidad legal, que son las leyes que integran las ciencias, y la aplicación práctica de las ciencias que constituyen la técnica. Una ciencia es una agrupación de conocimientos científicos organizados entre sí sistemáticamente, de tal forma que unos se infieran o demuestren a partir de otros (2). Seguramente algunos reikistas y sus “pacientes” no le atribuyan carácter de ciencia, no obstante afirman que cura enfermedades físicas.
Tampoco es una religión si partimos desde su concepto: conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, especialmente la oración y el sacrificio para tributarle culto. Virtud que nos mueve a tributar a Dios el culto debido. Obligación de conciencia, cumplimiento de un deber. De todas formas atribuyen sus resultados a una Energía sobrenatural a la cual algunos conocerían como Dios o su propio “ser superior”.
Entonces ¿qué es el Reiki? Es una práctica mágica sanadora, ya que encajaría en esta definición: Arte de hacer cosas extraordinarias y admirables. La que por causas naturales produce efectos extraordinarios que parecen sobrenaturales. El Reiki dice administrar y trasmitir una supuesta energía sobrenatural para un beneficio, y el supuesto control de una fuerza de igual naturaleza para diversos fines, se conoce como magia.
Finalmente sabemos que la magia es concebida en el pensamiento del hombre primitivo y de los niños, que se encuentra aferrada en la superstición popular y que si bien es llevada a la práctica y creída por algunas personas, son sus efectos inexistentes. Entonces debemos concluir con la respuesta a este interrogante: ¿Qué es Reiki? Reiki es sólo una creencia mágica primitiva, y como toda magia carece de efectos comprobables.

NOTAS
(1) Hacia 1875, una década después de finalizada la guerra de Secesión y comenzado el despegue económico, se produce la más importante división del protestantismo americano. Surgió así en muchas iglesias el evangelismo social, que desde el liberalismo promovió la reconciliación del capital y el trabajo sobre la base del respeto mutuo. Frente a esta postura apareció, principalmente desde las iglesias del sur, el fundamentalismo, con una mentalidad conservadora y antiintelectual, en reacción al liberalismo teológico. En 1895, en la Conferencia de Niagara, se publicaron los “Cinco Fundamentos” que constituyen el credo básico de este movimiento:
a) Inspiración literal de Las Escrituras. b) Divinidad y nacimiento virginal de Cristo. c) Sacrificio expiatorio y redención de Cristo. d) Resurrección corporal de Cristo. e) Eminente retorno de Cristo. Estas doctrinas fueron ampliadas y publicadas entre 1910 y 1915. Multinacionales de la Fe. Alfredo Silleta. Ed. Contrapunto. Bs. As.
(2) Introducción al conocimiento científico. Guibourg, Ghigliani y Guarinoni. Editorial Universitaria de Buenos Aires. 1985.



APÉNDICE IV

REIKI -PELIGRO MORTAL
Por el Padre José Luis Aguilar

El Reiki, que se difunde hoy en Argentina, pretende ser “un sistema de curación por imposición de las manos”. En realidad, es una práctica peligrosa, que abre la puerta a fuerzas ocultas, o sea demoníacas. Es incompatible con la fe cristiana. Damos explicaciones:

  1. El Reiki pretende domesticar y utilizar la llamada “energía vital universal”. Pero ¿qué es la energía vital universal? (que otros llaman energía cósmica, magnética, “cristica”, etc.). San Pablo habla de las “energías de este mundo de tinieblas” (Ef 6,12). Y sabemos que, desde el pecado original, no sólo el hombre está herido, sino que la armonía del mundo queda destruida (Catecismo de la Iglesia Católica Nº 400) y las energías del cosmos son perturbadas por fuerzas malignas: “El mundo entero yace en poder del demonio” (1 Jn 5,19). Así, el que se abre a la “energía universal” se abre a fuerzas que no conoce, y que no son todas buenas.
  2. Reiki se transmite por seminarios de iniciación, al contrario de los dones del Espíritu Santo que no se transmiten de una persona a otra, sino que se reciben como un don gratuito de Dios. Lo que actúa en el Reiki no es el Espíritu Santo (Además, si el Reiki fuera un don de Dios, no se necesitaría ningún dinero).
  3. De hecho, el iniciado se pone en estado de médium, para recibir el Reiki y transmitir este mismo estado de conciencia a otro. Es en este estado de médium que uno se vuelve receptivo a las entidades del mundo oculto. Los exorcistas afirman que ya en la primera iniciación, el espíritu del mal entra en la persona. Los que así adquieren los poderes de la Bestia son capaces de emitir “vibraciones de sanación” o mensajes concientes o inconcientes que pueden influenciar, en forma positiva o negativa, a las personas, las situaciones, los animales y hasta la materia.
  4. El reikista termina abriéndose a los llamados “maestros guías” o “espíritus guías”, que son voces interiores que le hablan. Nos preguntamos: ¿Quiénes son estos “espíritus-guías”, estos “maestros” a los que se someten los reikistas? Si no son Jesucristo, ni Dios, ni el Espíritu Santo, entonces ¿quiénes son? La Biblia habla de estas fuerzas que dirigen el universo, y que Jesucristo despojó de su poder de muerte (Col 2.15)… Conozco una persona que, cuando quiso dejar el Reiki, estos “guías” se desenmascararon, empezaron a insultarla y amenazarla de todo, día y noche, incluso de muerte. Y cuando rezaba el Rosario, no aguantaban y le suplicaban que pare de rezar.
  5. El Reiki es panteísta, enseña que el hombre es una simple emanación de la “energía divina cósmica”, y que le basta con tomar conciencia de la misma para tener poderes divinos: ¿No es la misma tentación de la serpiente, “Serán como dioses”? Nosotros creemos que somos creados por un Padre bueno, que quiere compartir con nosotros su amor y su felicidad.
  6. El Reiki cree en la re-encarnación, o sea, no importa lo que haces con tu vida ya que tendrás otras. Es incompatible con la Palabra de Dios, que nos enseña que cada persona, cuerpo y alma, es única e irrepetible, y que morimos una sola vez, después hay un juicio (Heb 9, 27), somos responsables de lo que hacemos con nuestra vida.
  7. El Reiki, como otras prácticas de la Nueva Era, descarta el cristianismo como culpabilizante e intolerante. Consideran a Jesús simplemente como una de las múltiples re-encarnaciones de un gran “maestro” que ellos conocen por medio de videntes y otras comunicaciones ocultas. Para los cristianos, Jesucristo es Hijo único de Dios, y derramó su sangre en la cruz para perdonar nuestros pecados y salvarnos del infierno, y resucitó para abrirnos el cielo.
  8. El Reiki pretende sanar todos los niveles del ser, físico, mental y espiritual. ¿Sana realmente? Aparte del hecho de que la sugestión producida en el psiquismo de los enfermos puede iniciar un proceso de auto-sanación, que no tiene nada que ver con las explicaciones cosmológicas que hacen, puede también haber una mejora temporaria de salud, pero rápidamente aparecen síntomas, los mismos que suelen ocurrir en las prácticas ocultas o espiritismo, y otras enfermedades físicas o psíquicas, divorcios, etc…
  9. ¿CÓMO PUEDE ESCAPARSE UNO DEL REIKI? Es difícil y largo, porque el demonio no te deja escapar fácilmente. Pero es posible, porque Jesucristo es victorioso de las entidades ocultas. Se necesita ante todo una conversión profunda a Jesucristo; una confesión con un sacerdote para cortar todos los lazos con poderes ocultos; oraciones de liberación, que cualquier sacerdote puede realizar; y si fuera necesario, el exorcismo dado por el sacerdote-exorcista de la diócesis. Se necesita una vida cristiana verdadera, la misa diaria para nutrirse del Cuerpo y la Sangre del Salvador y pasar la agonía espiritual que va a seguir. Según el P. Amorth (exorcista de Roma), a los que dejaron el Reiki, no se les permite imponer las manos durante varios años.

Fabienne Guerrero empezó a recobrar paz interior cuando se puso a rezar el Santo Rosario y pidió el sacramento de los enfermos. El Rosario es una de las oraciones de liberación más poderosas. Y el sacramento de la Unción de los enfermos tiene por gracia propia el consuelo, la paz y la valentía para vencer las dificultades propias al estado de enfermedad grave o fragilidad. Es un don del Espíritu Santo que renueva la confianza y la fe en Dios, fortalece contra la tentación del Maligno (de desanimo y angustia de la muerte) y conduce a la sanación del alma y (si Dios quiere) del cuerpo. Da fortaleza para unirse a la Pasión de Jesucristo y llevar fruto por esta misma configuración a la Pasión Redentora del Salvador.

Que la santa cruz de amor de Jesucristo los bendiga, y que María Inmaculada los proteja.
P. José María, SJM El 23 de marzo de 2008, fiesta de la Resurrección de Jesucristo.

domingo, 25 de marzo de 2012

BENEDICTO XVI EN GUANAJUATO, MÉXICO 2012. VIDEOS

 

 

 

 

                                                                      

 

                                                                      

Discurso de S.S. Benedicto XVI en Ceremonia de Bienvenida en el Aeropuerto Internacional de Guanajuato, México Viernes 23 de marzo de 2012

                                                          

 

Discurso de S.S. Benedicto XVI en Ceremonia de Bienvenida en el Aeropuerto Internacional de Guanajuato, México

 

Viernes 23 de marzo de 2012

 

Excelentísimo Señor Presidente de la República,
Señores Cardenales,
Venerados hermanos en el Episcopado y el Sacerdocio,
Distinguidas autoridades,
Amado pueblo de Guanajuato y de México entero

Me siento muy feliz de estar aquí, y doy gracias a Dios por haberme permitido realizar el deseo, guardado en mi corazón desde hace mucho tiempo, de poder confirmar en la fe al Pueblo de Dios de esta gran nación en su propia tierra. Es proverbial el fervor del pueblo mexicano con el Sucesor de Pedro, que lo tiene siempre muy presente en su oración. Lo digo en este lugar, considerado el centro geográfico de su territorio, al cual ya quiso venir desde su primer viaje mi venerado predecesor, el beato Juan Pablo II. Al no poder hacerlo, dejó en aquella ocasión un mensaje de aliento y bendición cuando sobrevolaba su espacio aéreo. Hoy me siento dichoso de hacerme eco de sus palabras, en suelo firme y entre ustedes: Agradezco ­ decía en su mensaje ­ el afecto al Papa y la fidelidad al Señor de los fieles del Bajío y de Guanajuato. Que Dios les acompañe siempre (cf. Telegrama, 30 enero 1979).

Con este recuerdo entrañable, le doy las gracias, Señor Presidente, por su cálido recibimiento, y saludo con deferencia a su distinguida esposa y demás autoridades que han querido honrarme con su presencia. Un saludo muy especial a Monseñor José Guadalupe Martín Rábago, Arzobispo de León, así como a Monseñor Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de Tlalnepantla, y Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano y del Consejo Episcopal Latinoamericano. Con esta breve visita, deseo estrechar las manos de todos los mexicanos y abarcar a las naciones y pueblos latinoamericanos, bien representados aquí por tantos obispos, precisamente en este lugar en el que el majestuoso monumento a Cristo Rey, en el cerro del Cubilete, da muestra de la raigambre de la fe católica entre los mexicanos, que se acogen a su constante bendición en todas sus vicisitudes.

México, y la mayoría de los pueblos latinoamericanos, han conmemorado el bicentenario de su independencia, o lo están haciendo en estos años. Muchas han sido las celebraciones religiosas para dar gracias a Dios por este momento tan importante y significativo. Y en ellas, como se hizo en la Santa Misa en la Basílica de San Pedro, en Roma, en la solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, se invocó con fervor a María Santísima, que hizo ver con dulzura cómo el Señor ama a todos y se entregó por ellos sin distinciones. Nuestra Madre del cielo ha seguido velando por la fe de sus hijos también en la formación de estas naciones, y lo sigue haciendo hoy ante los nuevos desafíos que se les presentan.

Vengo como peregrino de la fe, de la esperanza y de la caridad. Deseo confirmar en la fe a los creyentes en Cristo, afianzarlos en ella y animarlos a revitalizarla con la escucha de la Palabra de Dios, los sacramentos y la coherencia de vida. Así podrán compartirla con los demás, como misioneros entre sus hermanos, y ser fermento en la sociedad, contribuyendo a una convivencia respetuosa y pacífica, basada en la inigualable dignidad de toda persona humana, creada por Dios, y que ningún poder tiene derecho a olvidar o despreciar. Esta dignidad se expresa de manera eminente en el derecho fundamental a la libertad religiosa, en su genuino sentido y en su plena integridad.

Como peregrino de la esperanza, les digo con san Pablo: «No se entristezcan como los que no tienen esperanza» (1 Ts 4,13). La confianza en Dios ofrece la certeza de encontrarlo, de recibir su gracia, y en ello se basa la esperanza de quien cree. Y, sabiendo esto, se esfuerza en transformar también las estructuras y acontecimientos presentes poco gratos, que parecen inconmovibles e insuperables, ayudando a quien no encuentra en la vida sentido ni porvenir. Sí, la esperanza cambia la existencia concreta de cada hombre y cada mujer de manera real (cf. Spe salvi, 2). La esperanza apunta a «un cielo nuevo y una tierra nueva» (Ap 21,1), tratando de ir haciendo palpable ya ahora algunos de sus reflejos. Además, cuando arraiga en un pueblo, cuando se comparte, se difunde como la luz que despeja las tinieblas que ofuscan y atenazan. Este país, este Continente, está llamado a vivir la esperanza en Dios como una convicción profunda, convirtiéndola en una actitud del corazón y en un compromiso concreto de caminar juntos hacia un mundo mejor. Como ya dije en Roma, «continúen avanzando sin desfallecer en la construcción de una sociedad cimentada en el desarrollo del bien, el triunfo del amor y la difusión de la justicia» (Homilía en la solemnidad de Nuestra Señor de Guadalupe, Roma, 12 diciembre 2011).

Junto a la fe y la esperanza, el creyente en Cristo, y la Iglesia en su conjunto, vive y practica la caridad como elemento esencial de su misión. En su acepción primera, la caridad «es ante todo y simplemente la respuesta a una necesidad inmediata en una determinada situación» (Deus caritas est, 31,a), como es socorrer a los que padecen hambre, carecen de cobijo, están enfermos o necesitados en algún aspecto de su existencia. Nadie queda excluido por su origen o creencias de esta misión de la Iglesia, que no entra en competencia con otras iniciativas privadas o públicas, es más, ella colabora gustosa con quienes persiguen estos mismos fines. Tampoco pretende otra cosa que hacer de manera desinteresada y respetuosa el bien al menesteroso, a quien tantas veces lo que más le falta es precisamente una muestra de amor auténtico.

Señor Presidente, amigos todos: en estos días pediré encarecidamente al Señor y a la Virgen de Guadalupe por este pueblo, para que haga honor a la fe recibida y a sus mejores tradiciones; y rezaré especialmente por quienes más lo precisan, particularmente por los que sufren a causa de antiguas y nuevas rivalidades, resentimientos y formas de violencia. Ya sé que estoy en un país orgulloso de su hospitalidad y deseoso de que nadie se sienta extraño en su tierra. Lo sé, lo sabía ya, pero ahora lo veo y lo siento muy dentro del corazón. Espero con toda mi alma que lo sientan también tantos mexicanos que viven fuera de su patria natal, pero que nunca la olvidan y desean verla crecer en la concordia y en un auténtico desarrollo integral. Muchas gracias.

Fuente: http://www.aciprensa.com/Docum/documento.php?id=446